martes, 15 de noviembre de 2016

Vértigos argumentales

IMPRIMIR Y LLEVAR A CLASE NO REALIZAR LAS ACTIVIDADES
Vértigos Argumentales.
Los vértigos argumentales son procedimientos que desvían la atención en un razonamiento, conduciendo la mirada hacia otro punto. La palabra vértigo refiere a la pérdida del equilibrio que se da en la armonía lógica que corresponde a un razonamiento, permitiendo una fuerza en los juicios que no existe. Un vértigo argumental distrae del centro y dificulta la presentación de contraargumentos de un examen tranquilo sobre las premisas o sobre la conclusión que se presenta. La apalabra del contrario provocan un vértigo en la mente que marea y turba la capacidad de respuesta.
Los vértigos argumentales surgen de actitudes o conductas guiadas por varias tentaciones, como poseer la certeza y considerar equivocado al otro antes de que hable. O de la ignorancia, pues se argumenta desde conceptos o premisas equivocadas, pero que impide a la persona captar su error. Otras veces surgen de la arrogancia y otras de la incapacidad. El que ha estudiado se suele sentir inmune a la duda y quien cree no poder saber nada se encoge de hombros antes los argumentos.
Quienes usan los vértigos argumentales buscan poner barreras al razonamiento sólido, para proteger sus argumentos de otros. ¿Es buena práctica? Pues es buena practica desde quien los usa, porque refuerza su propósito, pero son malos desde la perspectiva de la honradez, porque se apoyan en falsedades.
SI alguien te pone una barrera  deshonesta durante una argumentación, coloca obstáculos para que no descubras la verdad. Y todos debemos estar dispuestos al hallazgo de la conclusión correcta, solo que el promotor de los vértigos argumentales no quiere que se examinen sus razonamientos. El derecho a la verdad, sin embargo, aprueba tu exigencia de pedir la posibilidad de examinar los argumentos, de clarificar si alguna premisa o conector son incorrectos.
Tu mejor arma contra quien esconde su felicidad es el argumento bien construido, claro y coherente, para eliminar las cortinas de humo que levanta el vértigo argumental.
Los siguientes razonamientos son vértigos argumentales:
·          Un político es acusado de haberse apropiado de un dinero que no le corresponde y cuando le piden pruebas para defenderse, responde: “Es un complot para quitarme prestigio”.
·          Una mujer presenta una firma falsa del médico para justificar su ausencia en el trabajo y, cuando le piden que consiga la firma del mismo médico, responde que ha muerto y ya no puede firmar.
Es normal que cada uno intervenga en una argumentación desde el punto de vista, por lo que la base esta siempre en sobreentendidos. Pero un punto de vista suele apoyarse en premisas vagas y en presuposiciones, apoyos insuficientes para fijar la verdad de una conclusión. Esta posición personal tiende a cerrarse, a considerarse segura, y olvida lo esencial, llegando a obsesionarse por lo secundario.  Esta inclinación natural conduce a un vértigo argumental, a evitar que se examine a fondo el propio argumento, como sucede a quien dice: “Yo siempre lo he creído así y tengo derecho a creerlo también ahora”.
Los siguientes procedimientos son indicios de la existencia de un vértigo argumenta en el  razonamiento de una persona.
·          Prolongar la discusión en una dirección preferida e ignorar otros argumentos.
·          Reafirmar los datos básicos en la dirección ya tomada, sin admitir cuestionamientos sobre ellos.
·          Inmunizarse  a los ataques contrarios durante la discusión, sin admitir verdades obvias.
Tovar, G.R.(2014). Vértigos Argumentales. Lógica. ESFINGE. México. Págs. 131 y 132.
Con base en la lectura anterior realizar las siguientes actividades:
1.- Leer el texto y subrayar las ideas principales con marcatextos.
2.- Elaborar un cuestionario de 20 preguntas con respuesta en su libreta.

3.- Anotar los ejemplos por separado en su libreta.

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